Reflexiones de un Bejumero en el Exterior 3
Ahora que estamos en el regreso a clases, recuerdo los días en que esperábamos para poder tener en nuestras manos los útiles escolares nuevos, aquellos cuadernos Caribe (bien feos por cierto) con las tablas de multiplicar en la parte de atrás y los forritos verdes de plástico que los vendían del tamaño exacto para ellos, también recuerdo la emoción de acompañar a mi madre a la Librería Gloria, (la única existente en esa época), a comprar los libros de texto los lápices mongol, el sacapuntas con recipiente para las virutas, y dígame los borradores con aroma, provocaba comérselos,(mas de un compañero se los comia), pero mis útiles preferidos eran el juego de colores berol prismacolor y las escuadras con el compás (aquel aparato extraño de hacer circunferencias), ha y no podía faltar los materiales para las clases de taller, a mi me toco hacer siempre los de electricidad, allí nos mostraban los misterios de la energía eléctrica y como dominarla, esos conocimientos me han servido para toda mi vida, nunca he necesitado un electricista en casa, y eso que éramos muy pequeños estábamos en primaria, algunos de mis compañeros de clases ahora son autoridades y profesionales de la medicina muy reconocidos por estos pueblos, pero en aquel entonces todos éramos iguales unos niños felices, alegres de vivir y aprender en un colegio y en un pueblo que no hay ni habra en ninguna parte del mundo.
